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MUDITA

YOGA

ASANA Y PRANAYAMA

Actualizado: 7 sept 2020

La estabilidad vibrante

Después de los dos primeros angas o miembros éticos del Asthanga Yoga de Patanjali, sigamos con el 3º y el 4º: Asana y Pranayama. Estos son los dos ingredientes más conocidos del Hatha Yoga y, por ello, los que más suelen “sonar” a un practicante. Pero no es lo mismo Asana y Pranayama en el Raja Yoga, aunque tenga puntos en común.

Aunque en las clases presenciales ya se ha hablado mucho sobre este tema, añadimos algún aspecto más. Cuando en un texto anterior hablábamos del ASANA como “el arte de estar en Paz en cualquier situación”, estábamos apuntando en un sentido muy profundo, y simbólico, al 5º Niyama: la entrega, el abandono, la Bendita Aceptación. Ahora nos referimos a la definición clásica de Patanjali, tantas veces citada en las clases:

“Asana es la postura firme-estable-inmóvil (sthira) y cómoda-relajada-fluida (sukha)” (II, 46).

Aquí solo se está incluyendo cualquier postura meditativa: sukhasana, vajrasana, siddhasana, ardha padmasana, etc., incluso shavasana. Pero hay que señalar que todos los asanas y todo el Hatha Yoga nos prepara para “dominar” este asana:

“El asana se domina mediante la relajación del esfuerzo y la meditación sobre la serpiente Ananta (lo infinito). (II, 47)

Se dice de vez en cuando en las clases que cuando se está acostumbrado al asana meditativo (no sólo en sentido físico), se “entra” en él enseguida…, en la quietud-relax…, en la sensación global homogénea de todo el cuerpo…, en la “sensación” de volverse más amplio y diluido… El control y esfuerzo van desapareciendo, incluso el control sutil (menos fácil de ver)…, y es la mente más subconsciente, más automática, la que mantiene el asana.

El lenguaje de los sutras es muy concentrado y a veces simbólico. Así, se nombra a la serpiente (¿Kundalini?) Ananta, que en la mitología hindú sostiene la Tierra, o sobre la que reposa Vishnu. Es un símbolo, una representación de la fuerza que conserva el equilibrio de la Tierra y la mantiene en su órbita alrededor del Sol (sin acercarse ni alejarse de él). La “fuerza” que hace que en la postura no te salgas de la estabilidad, del punto de equilibrio, de la órbita. Y al fundirte en esa Estabilidad (chakra 1º), vas atrayendo hacia ti esa cualidad de Estabilidad Sin Fin.

“Entoncces (al yogui) no le afectan los pares de opuestos” (II, 48)

Dvandvas significa los pares de opuestos, tanto físicos (calor-frío, hambre-sed, etc.) como mentales (dolor-placer, tristeza-alegría, etc.).

La Estabilidad en Equilibrio es como el fiel de una balanza, donde a veces pesa más el platillo del dolor, otras el del placer, o pesa más el frío y otras veces el calor. Las polaridades suceden, pero no te afectan. O diríamos mejor que reaccionas menos a esas polaridades. Los pares de opuestos apuntan al mundo dual en que vivimos: ying-yang, exterior-interior, derecha-izquierda, materia-espíritu, etc.

La mente, por definición, es también dual. Todo apunta a la polaridad básica en que vivimos: apego (raga) hacia todo lo que “favorece” a nuestra personalidad y aversión (dvesa) hacia todo lo que va en contra de ella. Pero cuando la polaridad no te saca fácilmente de la Infinita Estabilidad…, vas entrando en la Corriente, en el Eje, en la Unidad (Yoga). (En cualquier paso del camino, si estás muy maduro y despierto, puede estar Todo el Camino.)

Uno de los beneficios del asana meditativo es que prepara a la “casa del cuerpo” para que el prana se distribuya bien por todo él. E incluso si añadimos todo el Hatha Yoga, para que la instalación energética de la casa mejore y se pueda subir la potencia, pueda “soportar” dosis más altas de energía. Y esto nos lleva al pranayama.

“Pranayama es la cesación de la inhalación y la exhalación” (II, 49)

O sea que la característica principal es el kumbhaka, la retención. Los asanas pueden hacerse de forma pseudoautomática, pero no el pranayama. Éste tiene que ver con el control y expansión del prana a través de la respiración.

En el Hatha Yoga hay más control, incluso el siguiente sutra (II, 50) va en este sentido. Pero cuando se va haciendo más sutil y también cuando va desapareciendo el control…, entonces se va entrando en el pranayama del Raja Yoga. Es decir, se irá pasando de la retención voluntaria (Sahita Kumbhaka) con tres ámbitos o esferas (inhalación, exhalación y retención) al 4º pranayama:

“El cuarto pranayama es aquel que trasciende la esfera interna y externa.” (II, 51)

Ni retención interna (pulmones llenos) ni externa (pulmones vacíos)… Se produce la detención espontánea de la respiración (Kevala Kumbhaka), que se da cuando uno está muy absorto y centrado en la técnica…Lo que provoca una gran tranquilidad… Lo que hace que la respiración se pare o se vuelva muy tenue y sutil...Esto puede suceder, por ejemplo, en Anapana Sati (observación de la respiración espontánea) o en Ajapa Japa (la repetición automática de un mantra con la respiración).

*PROPUESTA para esta semana: ATENCIÓN GLOBAL A TODO EL CUERPO. No es concentración. Sigue haciendo lo que estés haciendo (caminando, comiendo, sentado, hablando, escuchando, cepillándote los dientes, etc.), pero de vez en cuando “consciencia de todo el cuerpo”. Es como decir que comes con todo el cuerpo, caminas con todo el cuerpo, te lavas los dientes con todo el cuerpo etc. Ahora mismo, mientras lees esto, “todo el cuerpo lo lee”. (Esto lo dice Ekhart Tolle). Parecido a la práctica de un asana, donde la atención principal está en un aspecto de la postura, pero al mismo tiempo “de fondo” todo el cuerpo está presente. Aunque sólo repares en ello de vez en cuando (apuntalo en algún lugar, una nota, si eso te ayuda a recordarlo).

A nivel material, la Estabilidad Sin Fin del asana está llena de partículas subatómicas (en constante cambio). A nivel energético, la Estabilidad Sin Fin del asana está impregnada de ondas-flujos de prana (en constante cambio). En la Estabilidad hay Cambio. En el Cambio hay Estabilidad.

Om abrazo, hermana/o, con todo el cuerpo.

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